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Ayuda para dibujar en AutoCAD

¡¡Buenas a todos los ojeadores del cuaderno!!

Este es un parón en el desarrollo de mi proyecto final de grado. Perdón por dejar un poco abandonado el proyecto de fotografía, pero no puedo perder mucho tiempo.

Me he encontrado con un pequeño inconveniente a la hora de dibujar en AutoCAD, sabía lo que quería dibujar, pero no sabía ni con que grosor debía poner las líneas ni las alturas de los textos.

El primer paso que dí fue el crear estas «Cartas de Trazado» como yo las he llamado.

La primera me ayuda para ver en la realidad la escala de grosores que el programa trae por defecto y ver el efecto del comando «escalatl». (Archivo «Carta de trazado (1)«)

Tras aproximar una buena representación, acudí a una tutoría con un profesor para resolver definitivamente las dudas y me recomendó que siguiese las normas que existen para la realización de documentos técnicos, en concreto me guíe por la norma UNE 1-032-82 ISO 128 que especifica los grosores estándar y el tamaño de las letras entre otras cosas.

Con esta norma he realizado la segunda carta (Archivo «Carta de trazado (2)«), en una parte recogí los grosores estándar y el tamaño de las letras con una grafía «Arial» y por otro quise hacer una prueba para ver como varía la visión del grosor de la línea según la escala que se aplique a las ventanas de visión de las presentaciones. Con esta última prueba, me dí cuenta de que el grosor no varía, lo que si varía es la distancia de separación entre las líneas, por lo que se terminan juntando al utilizar escalas pequeñas.

Espero que estos dos documentos sean una pequeña ayuda para todos los que empezáis una carrera técnica o estáis ya cursando alguna. Para los que estamos apunto de terminar o para todo aquel que tenga interés en este tema.

Se agradecería que si os sirve dejaseis comentarios y pasaseis el enlace a otros que estén en la misma situación que vosotros.

Una pequeña contribución para la Educación pública y de calidad.

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Cinemática

Cinemática

La física no es uno de los fuertes de los estudiantes españoles, conozco a mucha gente a la que le cuesta entender la interpretación matemática de los sucesos que vemos todos los días.

Dando clases particulares veo que a veces el gran problema es que no nos paramos a leer los enunciados con detenimiento y entendiendo lo que nos dicen y otras veces es la desgana la culpable.

Aunque no todo es culpa de los alumnos, como en cualquier asunto, todos tenemos parte del problema y esta vez hablo desde la perspectiva de «profesor«, muchos no sabemos explicarnos y no logramos transmitir los conocimientos a los alumnos.

Actualmente los estudiantes de educación secundaria no saben estudiar, pero en verdad nadie les ha enseñado. Resúmenes, esquemas, libros, Internet, el profesor, otros compañeros son recursos que tenemos a nuestro alcance y que por vaguedad y querer terminar pronto para hacer otras cosas (redes sociales, hablar con los amigos, videojuegos, etc.), no recurrimos a ellos, haciendo que nuestro cerebro se vuelva más perezoso y nos cueste mas aprender.

Por si acaso algún estudiante si recurre a los recursos de Internet para aprender y resolver dudas, aquí cuelgo unos apuntes que he elaborado para mis clases particulares, por si les es de ayuda a alguien. (Espero que así sea)

Cinemática  (Pincha para descargar los apuntes)

  • Introducción. Magnitudes del movimiento
  • Movimientos en 1 dimensión y su estudio

                              MRU – Movimiento Rectilíneo Uniforme

                              MRUA – Movimiento Rectilíneo Uniformemente Acelerado

                              Movimiento vertical – Lanzamiento hacia arriba y hacia abajo y Caída Libre

  • Movimiento Circulares o Periódicos

                              MCU – Movimiento Circular Uniforme

                              MCUA – Movimiento Circular Uniformemente Acelerado

  • Movimientos en 2 dimensiones

                              MRU y MRUA – Ecuaciones

                              Lanzamiento parabólico

                              Lanzamiento horizontal – Caso particular de Lanzamiento parabólico

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Sociedad indolente

Leyendo el libro «La muerte. Metáforas, mitologías, símbolos» de Gabriel Albiac, me han gustado muchos fragmentos, con tintes poéticos y algo metafísicos, que te hacen reflexionar, entre ellos destaco el siguiente…

«La cría del callejón, congelada lotófaga de asfalto, no tiene ya derecho a nada. Sólo a morirse sola y apestada. Prendida apenas la aguja, la fina jeringuilla, a medias tinta en rojo, colgaba de su codo con abandono poco verosímil. […]. Inclinada, doblada sobre si misma y ya inatenta a la chuta inerte que balancea su brazo al moverse, desgajada del mundo y tan lejana, tan indiferente a los pocos transeúntes que, como yo, pasan con la cabeza gacha para no ver la sangre, para no reconocer el sufrimiento,[…]. Vuelve a hurgar ahora en la vena del codo izquierdo, que tal vez no consigue acabar de dar asilo confortable al acero de la aguja. Hay sangre en el inicio del émbolo. Turbia. Sólo a medio mezclar. No está conforme. […]. Desfallece y, de pronto, la presión del pulgar derecho afloja y la jeringuilla cuelga de nuevo, grácil, del codo, como una hoja seca que no acaba de desprenderse de la marchita rama. Vuelta a empezar. La tarea aparenta ser extremadamente trabajosa. Cada gesto se descompone en esas infinitas fracciones intermedias que hacían el movimiento imposible, según Zenón de Elea. A no más de tres metros, sentados en el quicio del portal siguiente, tres muchachos se instalan con mayor comodidad, contemplan con ojos de vacía indiferencia la impotente desesperación de la torpe colega que no acierta con el chute, van diluyendo el polvo blanco en agua: destello de los encendedores bajo la cucharilla, el algodón absorbe en un milagroso instante la mezcla. Sobre el escalón aguarda la jeringuilla que dosificará el camino hacia el lugar en que el dolor no existe. Compartirán la chuta. No así el viaje. Éste es siempre solitario galope hacia praderas algo menos inhóspitas que este callejón, laberinto de cubos de basura de color gris y naranja, tras de los cuales parapetar el deseo de la propia muerte.»

«La vida cabe toda en el volumen de un fino émbolo de plástico.»

Es la descripción de una realidad que se esconde en las calles de todas nuestras ciudades, un mundo sórdido tejido con miles de vidas y enmarcado con otras tantas que se desarrollan a su alrededor impasibles como bien refleja el texto.

«¿Qué hondo estrato de eso a lo cual los humanos llaman alma vive en nosotros del placer esencial que el dolor mutado en espectáculo proporciona? La luz hipnótica de los televisores lo multiplica, lo hace proliferar, idéntico, en espacios familiares intercambiables, hechos de la misma nulidad diaria, del mismo aburrimiento acotado por los tiempos repetidos de la supervivencia.

Supervivencia referida aquí como las horas invertidas en trabajar, realizar día tras día la monotonía que nos esclaviza poniendo a nuestro alcance la oportunidad de adquirir los bienes materiales que cubren nuestra necesidad de felicidad y paliando el miedo al fin al que todos estamos destinados, la muerte.

 En el callejón de atrás, hay cubos de basura, mugre que, […], es ya invisible, cagadas de perros, chavales que escarban minuciosamente en una vena, gatos callejeros de ojos feroces. Alguna que otra viejecita vuelve de la compra. Pasa junto a los chavales de la aguja. No los ve. No ve tampoco la basura ya, las paredes desconchadas, la mugre… No podría soportar la visión de todo eso. Nadie puede. No es visible el dolor. No lo es la muerte. Los ojos en blanco del tipo tirado en medio de la calle: sobredosis de caballo o de vete a saber qué que se ha metido jugando a creer que era caballo. No es soportable la imagen de la jeringuilla temblando aún en el brazo y el hilo tenue de la sangre que se desliza, larga y fina. Demasiado real. Inaceptable.»

¿Por qué la sociedad se ha vuelto así? ¿Qué nos ha llevado a perder el sentido de grupo? Tribus africanas, consideradas no desarrolladas en comparación con nuestra sociedad, no admitirían tales sucesos, al contrario, harían todo lo posible porque esas personas no se viesen excluidas del grupo.

«El filtro del televisor, sí, lo hace visible. Es otra cosa. El tipo que se pica ante la cámara no es ya ese absurdo trágico, ese sinsentido en el atardecer glacial de Malasaña que hiela la sangre de quien lo cruza y nubla necesariamente la mirada. Desde el espacio tibio del hogar cerrado, la mirada no siente ya la arcada del vómito. Nada es real aquí. Nada es inesperado. Si el televisor me ofrece la picadura de una vena, si la voz bien mesurada del locutor me explica, cálida y compasiva, que esa picadura es auténtica y que el producto que se está mezclando ahora con la sangre para ser bombeado de inmediato en el interior del cuerpo de este tipo – que es, de verdad, un yonki – es verdadera heroína comprada hace un momento a un camello legítimo en la plaza, si todo eso se envuelve en el celofán moral de un programa de calidad incuestionable…, no correrá mi mirada ningún riesgo. La rentabilidad libidinal será altísima. sentado en mi sofá favorito, rodeado de la imperturbable calma familiar que premia mis horas de reposo, el espectáculo de la aniquilación ajena ratifica la certeza de mi normalidad– Una voz cálida, un encuadre sabio, sedarán cualquier duda, cualquier injustificado atisbo de vergüenza. Voyeur de una obscenidad mayor, la de la muerte hecha espectáculo, […]. El televisor es Dios, y todo a su través se vuelve puro, inmaculado. Que el tipo de la jeringuilla haya o no reventado luego del reportaje, no es algo que me afecte. Sucede fuera de campo. No está en pantalla. No existe.»

Hay tenemos la respuesta. El continuo flujo de catástrofes, guerras, asesinatos y miles de imágenes atroces que nos llegan a través de las pantallas de los televisores de casa, alimentan el morbo y el sentido de seguridad propia, el pensar «eso no me pasa a mi, solo a otras personas», certeza de mi normalidad, antifaz que nos ciega ante los posibles peligros, incluso de las sencillas probabilidades que plagan el discurrir de la vida y que los prejuicios de las doctrinas y tradiciones de nuestro tiempo los han etiquetado de peligros.

Y sin embargo, la realidad es esta.

«No queda, al fin, sino el recuerdo preciso del hilillo de sangre. Pincelada larga y limpia de rojo, aún brillante, sobre la piel entrevista, muy pálida, del brazo izquierdo. Y la espalda recostada , sobre el respaldo a medias, a medias sobre la ventanilla, del coche verde aparcado en una de esas callejas pueblerinas casi del galdosiano Madrid de Maravillas. Cárdenos los labios. La cabeza inclinada sobre el hombro, algo caída hacia delante. Placidez infinita – tal vez muerte, no lo sé- de los ojos extraviados sobre la estepa gélida de los años perdidos. Al galope, al galope… Del mensajero oscuro no me fue dado ver el gesto atroz, la aguja que juega con la vena, la jeringuilla que aspira la sangre antes de proyectar el liquido que fue blancuzco primero y luego de un carmesí turbio. Sólo un rostro lejano de las cosas y apacible. Y una lengua muy fina de sangre, despacio trazando su camino hacia la entreabierta mano. Tan indefenso, al fin, es todo cuerpo. O – no lo sé- de la muerte. En la misma esquina de la misma plaza, cada noche, idéntico el ritual de la aguja. La jeringuilla que se enjuaga, fugaz, en la fuente a la que vienen a beber y babear los perros. Luego vuelta a empezar. Desarbolada luz de la mirada. Barrio que el poder amuralla en gueto para mejor hacer de él pieza de su mecánica dulce: policías y soplones, yonkis, asesinos por el precio de un chute de arsénico y polvos de talco. Cotidianidad de un mundo desalmado, en cuerpos transitados sin remedio por la muerte. Ni futuro, ni presente. Ni siquiera un pasado. Nada. Salvo el sobrevivir, pese a todo, a dentelladas en la calle. Nada saben ellos de transustanciadores lavados de dineros negros, ni de seguros de cuota única engrosados con su sangre. De paraísos fiscales que enjuagan inimaginables deudas exteriores con la capitalización de su miseria. Bastante tienen ellos con hacerse con una chuta limpia. Viven sólo en la angustia del frío y las navajas. Son los escalones ínfimos del negocio más prospero de la segunda mitad del siglo XX. Y ellos están pagando el precio. […].

Es solo un aspecto discordante de nuestra sociedad, del llamado «estado del bienestar», una falsa idea para endulzar la monotonía opresiva, los problemas que acucian el transcurrir del tiempo. Bienestar basado en la volatilidad del mercado, en la persecución de los intereses de unos pocos, los beneficios constantes y el crecimiento de la economía. Orlando este fin se articulan numerosas propuestas sociales, cambios en educación y sanidad. Constantes cambios con cada cambio en el poder.

Esta es la superficie bajo la cual se desarrollan otros negocios que siguen los mismos principios, beneficios de unos pocos a costa del mal de muchos, negocios como los reflejados en el texto, así como los de la prostitución y otros contrabandos, recursos a los que se ven abocadas las personas al ver fallar sus planes iniciales.

No todo puede ser crecer y enriquecerse, pues solo representa el bienestar de unos pocos; en cambio mantener una estabilidad, unos valores, unas circunstancias en las que toda persona tenga oportunidad de desarrollar sus ideas y sus habilidades, sin condicionantes económicos ni sociales. Un ambiente en el que toda persona sea capaz de razonar y tener cultura desterrando los arquetipos, tan difundidos por ciertas cadenas televisivas, que hacen alarde de desvergüenza y ordinariez y crean un espectáculo esperpéntico que atrae a la gente.

Fomentar la educación, asegurar una sanidad tanto social como económicamente, saber invertir en los recursos de los que se posee, pero no de los que te aseguran riqueza a corto plazo, sino aquellos que la garantizan igual que lo hace el sol y el viento. Sin olvidar el origen de todo y la base de todo, siendo respetuosos y retribuyendo adecuadamente el trabajo hecho en el campo.

Pinceladas de un paisaje idílico, ideas utópicas desgastadas de tanto oírlas, pero en ellas está la solución y en el desarrollo adecuado de unas propuestas que las sigan. No espero que sea un discurso revelador, incluso estará carente de coherencia respecto al inicio, pero así son las reflexiones y el discurrir de los razonamientos. Un mensaje al mar pidiendo coherencia y que la atención se centre en el punto adecuado, los ciudadanos y no en los intereses económicos.

«Tiene el infierno épico nombre y el alma de adulteradas químicas. Y ellos – que están muriéndose – lo saben.»

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La arquitectura… como yo la entiendo.

Ante la gran burbuja inmobiliaria que se creo en los años pasados, y toda la industria surgida de las promociones agresivas esparcidas por toda la geografía española (en las que primaba el vender sobre la calidad y la utilidad de las casas, dando igual si dichos inmuebles se quedaban vacios y simplemente se hacia negocios con ellos). Volvemos, con el movimiento pendular caracteristico de la sociedad actual, a plantearnos la finalidad del oficio de arquitecto y el aporte de su trabajo.

En este artículo que leí hace tiempo aparece toda una «generación» de arquitectos ejemplo de la concepción que desde que empecé a estudiar tengo de la arquitectura. Movimientos, teorías, tendencias, estilos… distintas clasificaciones para las formas de proyectar edificios. Sin embargo, al margen de estas clasificaciones, la arquitectura, desde un principio, se ha basado en acondicionar los espacios adecuandolos a los usos que sus habitantes desempeñan.

  • Partiendo de esta premisa, la arquitectura debe estar ligada a su usuario y a su uso.

Hace tiempo tuve un debate con una persona muy cercana a mi. Discutimos sobre la importancia de la estetica y de la funcionalidad a la hora de proyectar.

  • Estética y funcionalidad son inseparables, no se puede anteponer ninguna a la otra, el equilibrio de ambas es lo que aporta la personalidad al espacio en el que se trabaja.

Dicha personalidad debe encajar, cual pieza de puzzle, con la personalidad del usuario; de esta forma el proyecto adopta toda su razon de ser. Para poder realizar esta unión, debemos desterrar el arquetipo del «arquitecto glorificado», «intocable», alquien que todo lo hace bien y al que no se puede tener acceso facilmente. La cercanía del arquitecto al cliente para mi es esencial, ya que conociendo a la persona que habitara el espacio a proyectar, y entendiendo sus necesidades, sus gustos y un poco de su forma de ser, se puede orientar de forma mas precisa el trabajo a realizar.

  • Arquitecto y cliente, una relación fructifera para ambos.

Como bien se indica en este otro artículo, ya no solo la cercanía es importante, sino el entender que no todo el trabajo de un arquitecto se reduce a proyectar viviendas nuevas, o edificios de nueva construcción; muchas veces una simple reforma, una ampliación o remodelación puede suponer un gran reto y con ello un gran trabajo en el que aplicar las premisas ya indicadas. El impetu de construir sin importar el espacio que se ocupa es lo que ha llevado a la situacion actual, dejando miles de viviendas vacias y otros tantos edificios sin uso alguno. Debemos equilibrar entre la necesidad humana de desarrollar las actividades propias y el permitir a la naturaleza estar presente en nuestro entorno, dando incluso algo de prioridad a esta última, pues la repercusión revertira en nuestro beneficio.

  • Naturaleza y humanidad no tienen porque ser terminos enfrentados, Medioambiente y progreso de la sociedad estan ligados, debiendo preservar el primero para poder sostener el segundo.

En estas lineas he querido dar unas pocas pinceladas de lo que ronda en mi cabeza sobre el concepto de arquitectura. Es cierto que se ve influenciado por la situacion economica actual, pero cabe una reflexion acerca de esta para hacer ver el por qué de su peso. En la sociedad actual se considera «progreso» el constante crecimiento económico para lo cual se busca aumentar la producción de todos los bienes consumibles, así como aumentar el precio de estos. Sin embargo, a mi corto entender, ¿no sería un mejor «progreso» el asegurar un nivel de vida digno para todas las personas? supondria romper los esquemas de «reparto de riquezas» y «tradiciones», pero si en lugar de buscar el enriquecerse a costa de todo, se buscase la CALIDAD DE LA VIDA a traves de una mejor calidad en los productos, unas mejores relaciones precio-sueldos, y todo ello es alcanzable mediante una política centrada en escuchar a los ciudadanos DIRECTAMENTE, sin buscar la gloria internacional, ni las amistades de conveniencia…

No sigo, pues creo que este tema daria para mas de una entrada, y ya llegara su momento de aparecer.

Espero vuestros comentarios y vuestros aportes a este lienzo en el que quiero representar la Arquitectura.

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